Didáctica de la Matemática

26 julio 2006

10- Técnicas de preguntas y respuestas eficaces

Siete niveles de respuesta a las preguntas del alumno.

"Uno de los mejores modos para la enseñanza de tipo dialógico consiste en alentar a los alumnos a hacer preguntas. Para ellos preguntar es natural: deben aprender cómo gestionar en modo adecuado un ambiente complejo y cambiante. Pero el hecho de que continúen haciendo preguntas, y sobretodo que continúen haciendo preguntas eficaces, depende en gran parte de cómo los adultos les responden. La habilidad de hacer preguntas eficaces y saber cómo responderlas constituye una parte esencial de la inteligencia ... Tal habilidad podemos alimentarla en el tiempo o reprimirla."
Con estas palabras comienza Sternberg el capítulo III en el que plantea la teoría de siete niveles de respuesta a las preguntas de los chicos. "La idea de base es que, los mediadores, generalmente los padres o los maestros, que responden a las preguntas a un nivel superior son aquellos que alimentan, con mayor eficacia, el desarrollo intelectual del niño.

Nivel 1: Refutar la pregunta. Cuando los mediadores reaccionan en este nivel el mensaje de base que trasmiten al niño es la prescripción de callar. Las preguntas son consideradas inoportunas e irritantes. Los niños deberían aprender a "ser vistos pero no sentidos" y a quedarse en su sitio. el resultado del castigo recibido por haber hecho una pregunta, es naturalmente que el niño aprende a no hacerla más. Por lo tanto, aprende a no aprender.
Probablemente pensamor que no responderemos más a las preguntas de un chico a un nivel así de bajo y ofensivo.

Nivel 2: Responder reafirmando la pregunta. A este nivel el mediador da a la pregunta de los niños una respuesta absolutamente vacía. De este modo, la respuesta no es otra que la reafirmación de la pregunta original....Los mediadores con frecuencia no toman conciencia que al reafirmar una pregunta con palabras altisonantes, seguramente vacias, esconden su ignorancia.


Nivel 3: Admitir la propia ignorancia o dar cualquier información.
Una respuesta a este nivel puede dar, como también no dar un refuerzo. Una respuesta no reforzante de este nivel es probablemente el género más común de las respuestas que se dan a los niños y consiste en decir: “no lo sé” o en limitarse a dar información insuficiente de que se dispone. De este modo se da la oportunidad a los niños de comprender que sus mediadores adultos no son omnipotentes y que pueden aprender algo nuevo. En algunas situaciones la respuesta de este tipo es bastante razonable, pero es cierto que no representan lo máximo que los padres y maestros pueden hacer por ellos. En otras, responder como si se supiese la respuesta cuando es verdad lo contrario es una estupidez ya que se da información equivocada a los niños y se les enseña a fingir tener un conocimiento que en realidad no se posee. La única diferencia entre la respuesta de nivel 3 reforzante y no reforzante es que en el primer caso el mediador hace preceder a la respuesta una afirmación de refuerzo como: “Esta es una buena pregunta” o “Me da gusto que me lo preguntes”. Respuestas de este tipo premian el acto de preguntar, probablemente se incremente la frecuencia y como consecuencia alimentan la oportunidad de los niños de aprender.

Nivel 4: Alentar a buscar respuestas de fuentes de informaciones acreditadas.
La respuesta de nivel 4 contiene dos categorías, una que el mediador asuma la responsabilidad de consultar a las fuentes acreditadas, u ofrezca al niño esa oportunidad. A nivel 4 el proceso de respuesta a una pregunta no termina simplemente con una respuesta o con una admisión de ignorancia. Los niños aprenden que se puede ir en busca de la información. Si el padre o el maestro asumen la responsabilidad de buscar la respuesta, los niños aprenderán que una respuesta puede ser encontrada pero que la búsqueda puede ser realizada por otro. Así el aprendizaje que seguirá será pasivo y delegado. Si se ofrece a los niños la oportunidad de encontrar por sí mismos la información en una enciclopedia, en un libro de texto, en una monografía o en cualquier tipo de texto de consulta, estos asumen la responsabilidad del propio aprendizaje. Aprenden a aprender en modo activo. Desarrollan la propia capacidad de búsqueda de la información más que encontrar la respuesta que necesitan.

Nivel 5: Proveer explicaciones alternativas
A este nivel el mediador indica la propia incertidumbre relativa a la respuesta, pero sugiere alguna alternativa e invita al niño a considerar cual podría ser la correcta. … el niño, de este modo puede comprender que en algunos casos preguntas que parecen simples pueden invitar a formular una o varias hipótesis. O bien, un mediador adulto puede alentar a un niño a razonar su explicación alternativa, tal vez en colaboración con el adulto. Una vez más un aprendizaje de este tipo es más activo que la simple consideración de las alternativas propuestas por el adulto.

Nivel 6: Estimular explicaciones alternativas y medios para validarlas.
A este nivel, los estudiantes vienen alentados no solamente a producir hipótesis alternativas de respuestas, sino a reflexionar sobre los métodos para confrontarlas. Por medio de las respuestas de los mediadores, los niños pueden comprender no solamente cómo generar las hipótesis alternativas sino también cómo verificarlas.

Nivel 7: Estimular explicaciones alternativas, medios para validarlas y pruebas decisivas de verificación.
A nivel 7 el mediador alienta concretamente a los niños a realizar los experimentos que puedan hacer decidir entre las explicaciones alternativas. El niño no aprende solamente a pensar, sino también cómo comportarse respecto al propio pensamiento. Aunque puede no ser posible verificar cada explicación de un fenómeno, es posible verificar algunas.

Vemos que los niveles de respuestas van de un extremo al otro, desde el rechazo de la pregunta del niño, al estímulo para formular hipótesis y verificarlas.
Esto es, de no aprender nada, al aprendizaje pasivo, al analítico, creativo hasta llegar al práctico.
El nivel 7 estimula en igual medida el desarrollo del pensamiento crítico-analítico, como al creativo-sintético y al práctico-contextual.

Una de las cosas más simples que padres y docentes pueden hacer para ayudar a sus hijos y alumnos a desarrollar su propia inteligencia es considerar seriamente las preguntas de los niños y jóvenes y transformarlas en preciosa oportunidad para estimular el pensamiento y el aprendizaje. Este es el objetivo del método dialógico.

(extraído del libro de Sternberg,R y Spear-Swerling,L (2002) "Le tre intelligenze" Edizioni Erickson - Capítulo III- Traducido por Lucía Mangin)